Es habitual que a lo largo de nuestra vida hayamos sufrido un accidente de tráfico o, por alguna causa, lo hayamos causado nosotros. Podría ser por una conducción imprudente: exceso de velocidad, distracción, ingesta alcohólica… Ante esta situación surgen dos cuestiones: Qué hacer y dónde acudir. Es decir, cómo actuamos y quién puede ayudarnos.

La primera acción que debemos hacer es, tanto si es el titular, el conductor u ocupante de un vehículo, instar la intervención de los agentes de la autoridad: Policía Local y Guardia Civil. En esa situación, no mover los vehículos implicados tras la colisión, calma, prudencia para la cumplimentación del parte amistoso y acudir de inmediato al centro de asistencia o de urgencias en caso de haber lesionados. Comunicar el hecho sin asumir nunca la posible responsabilidad que pudiera afectar a cualquiera de las personas afectadas por el siniestro. A continuación, poner en conocimiento de la compañía de seguros de nuestro vehículo todo lo ocurrido para dejar constancia de haber sido informada como exige la Ley del contrato de seguro.

¿De quién podemos valernos para saber cómo actuar ante la administración sanitaria, la compañía aseguradora contraria, la denuncia del particular y reclamar nuestros derechos?

¿Y después, de quién podemos valernos para saber cómo actuar ante la administración sanitaria, la compañía aseguradora contraria, la denuncia del particular y reclamar nuestros derechos? La respuesta es muy sencilla: de un operador jurídico; nuestro letrado y asesor de confianza. Éste es su garantía para informarle de forma independiente, objetiva y segura de las coberturas de su seguro, así como de todos los mecanismos que tiene para proteger sus derechos de forma efectiva.

Ante la pasividad en las tramitaciones de las aseguradoras y las discrepancias sobre valoraciones, coberturas… No dude nunca en seguir estos pasos y optar siempre por los profesionales que se harán cargo con total dedicación en gestionar de la forma más favorable posible y eficaz sus intereses.