Despacho de Abogados en Jaén: EOM Equipo Jurídico – Soluciones Estratégicas

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Los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs) han sido una herramienta crucial para muchas empresas y trabajadores durante tiempos de crisis económicas o situaciones excepcionales, como la pandemia de COVID-19. Estos mecanismos permiten a las empresas ajustar temporalmente sus plantillas laborales en respuesta a situaciones adversas, sin necesidad de recurrir a despidos masivos. Sin embargo, los ERTEs no son un concepto homogéneo; existen diferentes tipos, cada uno con sus propias características y criterios para su aplicación.

1. ERTEs por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción

Este tipo de ERTE es el más común y se basa en causas relacionadas con la actividad de la empresa. Se pueden dividir en cuatro categorías principales:

a. ERTE por causas económicas:

Se aplica cuando la empresa atraviesa dificultades financieras, como pérdidas continuadas o disminución de ingresos, que hacen necesario reducir la jornada laboral o suspender contratos de trabajo temporalmente.

b. ERTE por causas técnicas:

Se utiliza cuando surgen problemas relacionados con el equipamiento o la tecnología utilizada en la empresa, lo que puede requerir una reestructuración en la plantilla o la paralización temporal de la actividad.

c. ERTE por causas organizativas:

Este tipo de ERTE se implementa cuando la empresa necesita realizar cambios en su organización interna, como fusiones, reestructuraciones o cambios en los procesos de producción, que afectan directamente a los trabajadores.

d. ERTE por causas de producción:

Cuando hay una disminución de la demanda de productos o servicios de la empresa, este tipo de ERTE se utiliza para ajustar la plantilla a la nueva realidad del mercado, ya sea reduciendo la jornada laboral o suspendiendo contratos de trabajo temporalmente.

2. ERTEs por fuerza mayor

Los ERTEs por fuerza mayor se aplican en situaciones imprevistas y extraordinarias que hacen imposible o inviable continuar con la actividad laboral de la empresa. La pandemia de COVID-19 ha sido un ejemplo paradigmático de una situación que ha justificado la aplicación masiva de este tipo de ERTEs, ya que las restricciones gubernamentales y el confinamiento han obligado a muchas empresas a suspender su actividad temporalmente.

3. ERTEs por causas relacionadas con la COVID-19

Dentro de esta categoría, se incluyen los ERTEs que se han aplicado específicamente en respuesta a la crisis sanitaria provocada por la pandemia de COVID-19. Estos ERTEs han sido objeto de una regulación específica por parte de los gobiernos, con el objetivo de proporcionar un apoyo económico a las empresas y proteger el empleo durante la emergencia sanitaria.

Diferencias entre los distintos tipos de ERTEs

Aunque todos los ERTEs comparten el objetivo común de permitir a las empresas ajustar temporalmente sus plantillas laborales, existen diferencias significativas entre los distintos tipos:

  1. Causas justificativas: Mientras que los ERTEs por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción están vinculados a problemas internos de la empresa, como dificultades financieras o cambios en la organización, los ERTEs por fuerza mayor se basan en circunstancias externas imprevistas, como desastres naturales o emergencias sanitarias.
  2. Procedimientos administrativos: Los procedimientos para aplicar cada tipo de ERTE pueden variar según la legislación de cada país, pero en general, los ERTEs por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción suelen requerir una justificación detallada por parte de la empresa, mientras que los ERTEs por fuerza mayor suelen ser más rápidos y sencillos de tramitar.
  3. Duración: La duración de los distintos tipos de ERTEs puede variar. Mientras que los ERTEs por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción suelen tener una duración limitada, los ERTEs por fuerza mayor pueden prolongarse hasta que cese la situación que los motivó.
  4. Apoyo económico: En algunos casos, los ERTEs por fuerza mayor pueden estar sujetos a medidas específicas de apoyo económico por parte del gobierno, como subvenciones para cubrir parte de los salarios de los trabajadores afectados. Este tipo de apoyo puede no estar disponible para otros tipos de ERTEs.

Criterios para la aplicación de un ERTE

La aplicación de un ERTE requiere cumplir una serie de criterios que varían según el tipo de ERTE y la legislación vigente en cada país. Algunos de los criterios más comunes incluyen:

  1. Justificación de las causas: La empresa debe poder demostrar que las causas que motivan el ERTE son reales, objetivas y están debidamente documentadas. En el caso de los ERTEs por fuerza mayor, esto puede implicar la presentación de informes o certificados emitidos por autoridades competentes que justifiquen la situación de emergencia.
  2. Comunicación a los trabajadores: La empresa está obligada a informar a los trabajadores afectados por el ERTE de manera transparente y con antelación suficiente. Esto incluye proporcionar información sobre los motivos del ERTE, su duración prevista y las consecuencias para los trabajadores, como la reducción de jornada o la suspensión temporal del contrato.
  3. Negociación con los representantes de los trabajadores: En muchos casos, la aplicación de un ERTE requiere la negociación previa con los representantes sindicales o los comités de empresa. Estas negociaciones pueden incluir aspectos como las condiciones económicas de los trabajadores afectados, las medidas de apoyo social o la planificación de la reincorporación al trabajo una vez finalizado el ERTE.
  4. Cumplimiento de los plazos y requisitos legales: La empresa debe asegurarse de cumplir con todos los plazos y requisitos legales establecidos para la tramitación y aplicación del ERTE. Esto incluye la presentación de la documentación requerida ante las autoridades competentes y el cumplimiento de las obligaciones fiscales y laborales asociadas al ERTE.
  5. Mantenimiento del empleo: En muchos casos, la aplicación de un ERTE está condicionada al compromiso por parte de la empresa de mantener el empleo durante un período de tiempo determinado una vez finalizado el ERTE. Este compromiso puede estar sujeto a sanciones en caso de incumplimiento.

Conclusiones

Los ERTEs son una herramienta importante para las empresas y los trabajadores en tiempos de crisis económicas o situaciones excepcionales. Sin embargo, es fundamental comprender las diferencias entre los distintos tipos de ERTEs y los criterios para su aplicación, así como cumplir con todos los requisitos legales y procedimientos administrativos establecidos. Además, es importante garantizar la transparencia y la comunicación con los trabajadores afectados, así como negociar de buena fe con los representantes sindicales o los comités de empresa para minimizar el impacto social y laboral del ERTE. En última instancia, el objetivo de los ERTEs debe ser proteger el empleo y garantizar la viabilidad de las empresas en el largo plazo.

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