Pasos de la nacionalidad española: guía completa para conseguirla sin perderte en el camino

Obtener la nacionalidad es, para muchas personas, el paso final de un largo proceso de integración. No se trata solo de un trámite burocrático, sino de un reconocimiento formal de tu arraigo en el país, de tu vínculo con la sociedad, y del deseo de formar parte de ella con todos los derechos y deberes que ello implica. Por eso, si estás pensando en iniciar este proceso, es fundamental que tengas claro cuáles son los pasos de la nacionalidad española, cómo funciona el procedimiento y qué obstáculos puedes encontrarte por el camino.

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Después de más de dos décadas ayudando a personas a obtener la nacionalidad, sé de primera mano que uno de los mayores problemas suele ser la falta de información clara. Por eso, en este artículo te explico todo lo que necesitas saber, paso a paso, con un lenguaje sencillo, pero sin dejarme nada importante fuera.

¿Qué significa obtener la nacionalidad española?

Antes de meternos en los pasos concretos, es importante tener clara una cosa: adquirir la nacionalidad no es lo mismo que conseguir un permiso de residencia. Mientras que la residencia te autoriza a vivir y trabajar legalmente, la nacionalidad te convierte en ciudadano, con todos los derechos civiles y políticos que eso conlleva. Desde votar en elecciones hasta moverte libremente por otros países de la Unión Europea sin restricciones.

Existen varias formas de adquirirla, pero aquí nos vamos a centrar en la nacionalidad por residencia, que es la vía más habitual para quienes han vivido en el país durante un determinado número de años.

¿Cuáles son los requisitos para solicitar la nacionalidad por residencia?

El primero de todos es el tiempo de residencia legal y continuada en el país. No basta con estar aquí: debes estar de forma legal, con un permiso válido y renovado sin interrupciones. El tiempo necesario varía según tu situación:

  • 10 años de residencia legal y continuada es lo que se exige con carácter general.

  • 5 años si eres refugiado.

  • 2 años si eres nacional de países iberoamericanos, Filipinas, Guinea Ecuatorial, Portugal o personas de origen sefardí.

  • 1 año en casos especiales, como:

    • Haber nacido en territorio nacional.

    • Estar casado con una persona con nacionalidad española.

    • Ser viudo de una persona española (si en el momento del fallecimiento no estabas separado legalmente).

    • Ser descendiente de español de origen.

Pero el tiempo de residencia no es el único requisito. También necesitas:

  • Tener buena conducta cívica. Esto se traduce, básicamente, en no tener antecedentes penales ni policiales, ni aquí ni en tu país de origen.

  • Estar integrado en la sociedad, lo cual se acredita a través de dos exámenes que hablaremos más adelante.

  • Tener capacidad legal para actuar, es decir, no estar incapacitado judicialmente (salvo que cuentes con representación legal).

Paso 1: preparación de la documentación

La solicitud de nacionalidad no es algo que se haga en una tarde. Para evitar retrasos o incluso rechazos, te recomiendo que empieces por reunir toda la documentación necesaria con antelación. En general, te pedirán:

  • Pasaporte completo y en vigor.

  • Tarjeta de residencia.

  • Certificado de nacimiento legalizado o apostillado y, si procede, traducido al castellano.

  • Certificado de antecedentes penales de tu país de origen, igualmente legalizado o apostillado y traducido.

  • Empadronamiento histórico.

  • Justificante de pago de la tasa (que actualmente es de unos 103 euros).

  • Resultados de los exámenes del Instituto Cervantes (CCSE y DELE si no tienes el castellano como lengua materna).

  • Documentos adicionales si estás solicitando por una vía especial (por matrimonio, por ser hijo de español, etc.).

Aquí es donde muchas personas se pierden: cada papel debe estar correctamente legalizado, traducido y actualizado. Si no, te arriesgas a que te lo echen para atrás. Por eso, si tienes dudas, lo mejor es que consultes con un abogado especializado que revise tu expediente antes de presentarlo.

Paso 2: realización de los exámenes del Instituto Cervantes

Este paso es clave y muchas veces pasa desapercibido. Para demostrar tu integración, tienes que superar dos pruebas oficiales:

  • Prueba CCSE (Conocimientos Constitucionales y Socioculturales de España): es un test tipo test con 25 preguntas sobre cultura, instituciones, historia, geografía y vida cotidiana. Es bastante asequible si estudias el manual oficial que te proporcionan al inscribirte.

  • Examen DELE (nivel A2 mínimo): solo lo necesitas si tu lengua materna no es el español. Evalúa tu comprensión y expresión oral y escrita. Hay muchas academias que preparan para esto, y si llevas años viviendo aquí, no suele ser demasiado complicado.

Estos exámenes los organiza el Instituto Cervantes, y debes inscribirte tú mismo a través de su web oficial. Se hacen varias veces al año y en muchas ciudades, así que tienes opciones.

Paso 3: presentación telemática de la solicitud

Desde 2015, el procedimiento se hace de forma electrónica a través de la sede electrónica del Ministerio de Justicia. Esto significa que tendrás que disponer de un certificado digital o utilizar el sistema Cl@ve para identificarte. Si no estás familiarizado con estos sistemas, puede ser un poco engorroso al principio.

Una vez accedes, rellenas el formulario online y subes toda la documentación escaneada. Es muy importante que los archivos estén bien nombrados y legibles. También se paga la tasa a través del mismo portal. Al final del proceso, obtienes un justificante de presentación con un número de expediente. Guárdalo bien.

Paso 4: seguimiento del expediente

Aquí comienza la parte más desesperante para muchas personas: la espera. En teoría, la administración tiene un plazo de un año para resolver desde que presentas la solicitud, pero en la práctica puede tardar más.

Puedes consultar el estado de tu expediente online, aunque al principio solo verás que está “en tramitación”. Con el tiempo puede cambiar a “pendiente de informes”, “en calificación” o, finalmente, “resuelto”. En algunos casos, si ha pasado más de un año sin respuesta, puedes interponer un recurso por silencio administrativo, pero esto ya requiere asesoramiento legal.

Durante esta fase, es fundamental estar atento a cualquier notificación del Ministerio. Si te piden algún documento adicional o una subsanación y no lo haces en plazo, pueden archivarte el expediente.

Paso 5: resolución del expediente

Si todo va bien, el expediente se resuelve con una concesión de la nacionalidad. Es una resolución positiva, pero no es automática. No eres ciudadano aún: falta un paso crucial.

En cambio, si la resolución es negativa, tendrás derecho a interponer un recurso administrativo o judicial, dependiendo del motivo del rechazo. Muchas veces, las denegaciones se deben a errores subsanables o documentación mal presentada. De ahí la importancia de contar con un buen respaldo legal desde el principio.

Paso 6: jura o promesa de la Constitución

Una vez te notifican que se te ha concedido la nacionalidad, tienes 180 días naturales para acudir al Registro Civil y realizar el acto de jura o promesa de fidelidad a la Constitución y al Rey. Este paso es obligatorio y sin él, la concesión queda sin efecto.

En la cita, también firmas una declaración de renuncia a tu nacionalidad anterior, salvo en casos donde no se exige (como si eres de un país iberoamericano). Después de este trámite, el Registro inicia la inscripción de tu nacimiento en el Registro Civil y se te asigna tu número de DNI español.

Paso 7: obtención de DNI y pasaporte

Por último, ya con la nacionalidad en la mano, puedes acudir a la comisaría de Policía para tramitar tu DNI y pasaporte español. Necesitarás una partida literal de nacimiento española (que te entregan en el Registro) y pedir cita previa, como cualquier ciudadano.

A partir de ese momento, tendrás todos los derechos y obligaciones como ciudadano, y dejarás de estar sometido al régimen de extranjería. Es un cambio profundo en tu situación jurídica y también en tu día a día.

Obtener la nacionalidad no es un regalo ni una formalidad. Es el resultado de años de esfuerzo, adaptación y convivencia. Pero también es un derecho que puedes ejercer si cumples los requisitos y sigues los pasos correctamente.

Mi consejo, después de tantos años acompañando a personas en este camino, es que no lo hagas a ciegas. Infórmate bien, prepárate con antelación y, si puedes, rodéate de profesionales que te acompañen. La nacionalidad no solo te abre puertas legales, también te ofrece tranquilidad y estabilidad para ti y tu familia.

Si estás en este proceso, te deseo mucha suerte. Y si tienes dudas, aquí estoy para ayudarte.

Datos interesantes sobre la nacionalidad española que quizás no conocías

  • Más de 140.000 personas obtienen la nacionalidad cada año
    Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en los últimos años se han concedido más de 140.000 nacionalidades españolas anualmente, siendo América Latina la región con mayor número de solicitantes exitosos.

  • Casi el 90 % de las solicitudes se hacen por residencia
    Aunque existen varias vías para adquirir la nacionalidad, como la carta de naturaleza o la nacionalidad por opción, la gran mayoría de los casos (cerca del 90 %) se tramitan por la vía de residencia, lo que refuerza la importancia de entender bien este procedimiento.

  • La media de resolución supera los 18 meses
    Aunque la normativa establece un plazo máximo de 12 meses para resolver la solicitud, la realidad es que la mayoría de expedientes tardan entre 15 y 24 meses en resolverse. Algunos incluso superan los 2 años si hay incidencias.

  • El 99 % aprueba el examen CCSE a la primera
    El Instituto Cervantes informa que la tasa de aprobados en la prueba CCSE supera el 99 % en la primera convocatoria, lo que demuestra que con una buena preparación, este paso no debería ser un obstáculo importante.

  • Mujeres y personas jóvenes lideran las solicitudes
    Los datos revelan que las mujeres representan un porcentaje ligeramente mayor de solicitantes de nacionalidad, y que más del 60 % de las personas que inician el proceso tienen entre 25 y 44 años, una franja de edad asociada a la consolidación profesional y familiar.

Preguntas frecuentes sobre la nacionalidad española

¿Cuáles son las etapas de la nacionalidad española?

El proceso de obtención de la nacionalidad por residencia consta de varias etapas: recolección de documentación, realización de los exámenes del Instituto Cervantes, presentación de la solicitud, fase de tramitación y calificación, resolución del expediente, jura o promesa en el Registro Civil y finalmente, obtención del DNI y pasaporte. Cada etapa es importante y debe completarse correctamente para avanzar hacia la siguiente.

¿Cuáles son los estados del trámite de la nacionalidad española?

Los estados más comunes que puedes ver al consultar tu expediente en línea son: “En tramitación”, “Pendiente de informes”, “En calificación”, “Concedida” o “Denegada”. También puede aparecer “Archivada” si no se ha completado algún paso necesario. Es importante estar atento a estos estados para actuar rápidamente si se requiere alguna subsanación o documentación adicional.

¿Cuánto tarda cada fase de nacionalidad?

Los plazos varían bastante, pero de forma orientativa: la preparación de documentos y exámenes puede llevar unos meses, la fase de tramitación puede durar entre 6 y 12 meses, y la calificación suele tardar otros 3 a 6 meses adicionales. Luego, tras la concesión, la jura en el Registro Civil puede tardar varios meses más, dependiendo del volumen de solicitudes que tenga tu oficina.

¿Cuánto tarda la fase de calificación?

En condiciones normales, la fase de calificación suele durar entre 3 y 6 meses, aunque en algunos casos puede ser más rápida si no hay incidencias ni falta de documentación. En cambio, si hay un alto volumen de expedientes o se necesita comprobar información adicional, puede alargarse más de lo previsto.

¿Cuánto tiempo puede estar mi expediente de nacionalidad en calificación?

No hay un plazo legal fijo para esta fase, pero si llevas más de seis meses en calificación, puede ser útil hacer un seguimiento activo o incluso consultar con un abogado que te ayude a presentar una solicitud de impulso o un recurso si procede. Algunos expedientes han llegado a estar más de un año en esta etapa, aunque no es lo habitual.

¿Qué significa en proceso de calificación?

“En calificación” significa que tu expediente ya ha sido revisado en su parte administrativa y se encuentra a la espera de una decisión definitiva. En esta etapa, el Ministerio de Justicia analiza toda la documentación presentada y decide si concede o deniega la nacionalidad. Es el último paso antes de recibir una resolución.

¿Puedo consultar mi expediente en línea?

Sí, puedes consultar el estado de tu solicitud a través de la sede electrónica del Ministerio de Justicia o en el portal “Cómo va lo mío”. Para ello, necesitarás tu número de expediente, tu NIE y algunos datos personales. Es recomendable revisar el estado cada cierto tiempo para detectar posibles incidencias.

¿Qué pasa si mi expediente se queda estancado?

Si han pasado más de 12 meses desde que presentaste tu solicitud y no has recibido respuesta, puedes presentar un recurso por silencio administrativo positivo. También puedes solicitar un impulso del expediente o acudir a la vía judicial, siempre con el apoyo de un profesional que valore tu situación concreta.

¿Puedo perder la nacionalidad una vez concedida?

En casos excepcionales, sí. La ley prevé la pérdida de nacionalidad por renuncia voluntaria, por usar exclusivamente la nacionalidad anterior en determinados casos o por fraude en el proceso de obtención. Sin embargo, estos casos son muy poco frecuentes y, en general, una vez concedida y formalizada, la nacionalidad es definitiva.

¿Puedo tramitar la nacionalidad sin contratar a un abogado?

Sí, puedes hacerlo por tu cuenta si tienes conocimientos digitales y tiempo para preparar todo adecuadamente. Pero ten en cuenta que el proceso es largo, técnico y con muchos detalles formales. Contar con el acompañamiento de un abogado especializado puede marcar la diferencia, especialmente si surge algún problema con la documentación o los plazos.

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